Dos reflexiones del mes de abril
Análisis 253
Las consecuencias de la situación generada por el Covid-19 no terminarán con el fin de la pandemia, sino que marcarán de forma definitiva la conciencia de amenaza en nuestra forma de vida, en todas sus dimensiones. No paralizó el mundo el botón rojo de la disuasión nuclear y sus misiles balísticos, sino un pequeño virus cuyo origen parece ser un experimento fallido NRBQ “Made in China”.
El drama, que hoy es sanitario, y mañana será económico y social, lo es porque es imposible sostener un Estado de bienestar elevado a la categoría de mito. Las amenazas a la seguridad necesitan de una visión proactiva y sistémica. Hoy, en España, eso no se da, y tampoco en el ámbito de la Unión Europea.
La globalización continuará, pero habrá quienes no alcancen a adaptarse al
nuevo escenario, y el coronavirus ha tenido un efecto de “reseteo” en todos los ámbitos. Pero en el caso de España, es del todo preocupante la respuesta de un Gobierno formado por una coalición que ha demostrado estar fuera de la realidad a la hora de abordar un asunto de seguridad nacional. No es ningún secreto que la comunidad estratégica manifiesta una profunda preocupación sobre lo que está ocurriendo. Deseo compartir dos reflexiones del mes de abril que afectan a la política de defensa: una desde el punto de vista social y otra institucional.
En la Comisión de Defensa del Congreso del día 27, la ministra Margarita Robles informó sobre la labor de vigilancia y que están realizando nuestras Fuerzas Armadas, en muchos casos heroicos. Hubiera sido justo hacer una mención a sus familias, ya que el hogar es la retaguardia imprescindible. Pero no cabe duda de se que ha hecho todo lo posible, teniendo en cuenta unos recursos limitados y recientemente recortados. Frente a la actitud de los partidos nacionalistas, cabe mencionar que el despliegue de las unidades militares ha obtenido un gran apoyo social, reafirmando la fuerza de los hechos frente a las narrativas separatistas. Nulas, sin embargo, han sido las declaraciones de sincero agradecimiento de Unidas Podemos hacia la labor de nuestra Defensa.
Una mención ha sido criticar al Jefe del Estado por vestir uniforme, con un lamentable mensaje del Vicepresidente Pablo Iglesias difundido en redes sociales. La ausencia de respuesta de Pedro Sánchez en sede parlamentaria -que sonó como un serio agravio para esos hombres y mujeres mencionados por la ministra Robles-, fue acompañada de un brillante ejercicio de desinformación mediática contra la oposición. Estos hechos son muy graves. Y como hay silencios que confirman la complicidad, es hora de que se exija la lealtad institucional esperada y de alzar la voz en defensa de la unidad de la nación, más aún en un estado de alarma.
El Sistema de Seguridad Nacional, que depende exclusivamente del Presidente del Gobierno, no puede funcionar si quien toma las decisiones lo hace desde la perspectiva de gurú de gabinete. En esta dinámica han quedado anulados valiosísimos instrumentos al servicio del Estado, entre los que se encuentran los de inteligencia y análisis. Por ejemplo, en cuestiones de logística es el Ejército quien sabe y puede abordar un escenario complejo extremo, ya que esta capacidad conforma el núcleo de las misiones internacionales y las operaciones de paz. Una lástima que no se haya aprovechado antes por parte de Moncloa, poniendo al frente del equipo de crisis esa experiencia de dirección y coordinación.
Se contaba desde el principio con todos los medios y capacidades, pero parece que primó más el interés cortoplacista de lo político, que los sistemas y procedimientos planificados. La cifra creciente de 20.000 fallecidos que dejó el mes de abril es el inicio de una pandemia que manifestará todo su efecto en una preocupante inestabilidad nacional y que hará necesario un nuevo liderazgo.
Gabriel Cortina
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