Enemigo a las puertas, cambios en Inteligencia

Lo que está ocurriendo en Arabia Saudí confirma lo de “enemigo a las puertas, cambios en Inteligencia”. Y es que Riad tiene unas fronteras que han encendido las alarmas en los gabinetes del gobierno. Se trata de una decisión que responde a una política para reforzar la defensa. Vean un mapa y fíjense en los conflictos de la zona. El número dos del ministerio de Defensa, el príncipe Khaled bin Bandar bin Abdul Aziz, ha sido nombrado nuevo responsable de los servicios de inteligencia (General Intelligence). Además, el puesto va con categoría de rango de ministro. Teniendo a Al-Qaeda –o su equivalente- al otro lado de la frontera implica reorganizar capacidades y mover ficha en el tablero regional. La crisis de Irak y las revueltas de Siria expandiéndose en dirección sur tendrá efectos en los países vecinos. El ISIS ha pasado de ser un levantamiento terrorista a un ejército configurado por un proyecto sólido y con vocación de cruzar fronteras para «hacer limpia» de infieles y de opositores. Y las noticias que llegan no son buenas.

Caben resaltar tres aspectos del príncipe Khaled: es graduado en la Academia Real Militar británica de Sandhurs; fue comandante en jefe del Ejército saudí (Royal Saudi Land Forces); y cuenta con la máxima condecoración militar extranjera de Pakistán. Conviene tener en cuenta que Islamabad es el principal aliado nuclear del país árabe.

No es posible ganar la guerra en la superficie si antes no se ha tenido la superioridad en el espionaje y la gestión de la información. El “intel chief” tendrá que actuar pronto y acertadamente con sus vecinos y aliados. Como aviso a navegantes, se han desarrollado las maniobras militares “Abdullah´s Sword” y se han realizado ejercicios de lanzamiento de misiles balísticos.

En los últimos dos años se han sucedido varios nombramientos en el ministerio de Defensa saudí. Quién sabe si estas decisiones responden, además, unas maniobras políticas que afectan a nuevos nombramientos de relevancia para reforzar la posición del hijo del rey Abdullah. Pero tanto cambio no es en buena noticia para la Defensa saudí.

 

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Gabriel Cortina, analista de seguridad y defensa