La cuestión estratégica de la Antártida
Análisis 284
29 Julio 2022
Para poder entender la importancia de la Antártida, es necesario conocer aspectos fundamentales que hacen de ella un lugar estratégico y un motivo de disputa para varios países. A diferencia del Ártico, que es un océano congelado, la Antártida es un continente rocoso cubierto de hielo, es decir que al igual de los demás continentes que conocemos, consta de recursos naturales y yacimientos de distintos minerales. Además de petróleo (200.000 millones barriles, más que Kuwait o Emiratos Árabes Unidos) y gas, se cree que la región es rica en carbón, plomo, hierro, cromo, cobre, oro, níquel, platino, uranio y plata. Sin embargo, hoy no es posible explotar esos recursos porque además de estar explícitamente prohibido por el sistema del Tratado Antártico, el costo de la extracción sería muy elevado, al tener la superficie una profundidad de hielo de cuatro kilómetros.
Lo más relevante en cuanto a los recursos naturales es el agua. A lo largo de los años, cientos de lagos y ríos interconectados dentro del propio hielo han sido descubiertos, cuyos caudales, contienen los depósitos de agua más grande del mundo. Sumado a esto, recientemente, se ha descubierto un enorme acuífero bajo el hielo antártico. Por primera vez, se ha mapeado un enorme sistema de agua subterránea que circula activamente en sedimentos profundos en la Antártida Occidental, lo que le da mayor importancia al tema.
Teniendo en cuenta esto, podemos entender los distintos reclamos que los países hacen en sus respectivas partes. Actualmente hay siete naciones que mantienen soberanía o reclamos de soberanía sobre la región antártica: Argentina, Chile, Ecuador, España, Reino Unido y Noruega. Argentina fue el primer país en establecer una base, en 1905, manteniendo su actividad en el continente de manera ininterrumpida. Además de poseer “títulos” como la temprana presencia, tiene la herencia española (uti possidetis), actividades de investigación, operaciones de rescate y salvamento, actividades pesqueras, actividades foqueras desde 1820, etc. Mencionando, además, y de gran importancia, su cercanía, continuidad y contigüidad geográfica del continente americano, especialmente, la plataforma continental argentina y las aguas adyacentes, como lo son el mar territorial, la zona contigua y la zona económica exclusiva.
Actualmente, la Cancillería Argentina, ha presentado el Plan Anual Antártico 2021-2022 que aporta a la consolidación de la presencia del país en la Antártida, además de ser un gesto más de soberanía nacional en relación con Malvinas, la Antártida y el Atlántico Sur. El Plan comprende actividades científico-técnicas con más de 50 proyectos de investigación, gestión ambiental y servicios, como el meteorológico, hidrográfico y cartográfico. Asimismo, este año, el gobierno argentino tuvo la iniciativa de establecer una base naval en la provincia de Tierra del Fuego para realizar apoyo logístico a los buques, el despliegue de uniformados, un nuevo plan de radarización y nuevas rutas con aviones del Estado. De esta forma, las nuevas medidas formarían parte del nuevo esquema de refuerzo de la presencia militar en el Atlántico Sur, impuesto a las Fuerzas Armadas Argentinas.
Como mencionamos anteriormente, el sistema del Tratado Antártico, cuya importancia es eminente, se conforma por distintos instrumentos jurídicos que regulan diversas cuestiones. Destacamos las siguientes: se prohíbe cualquier actividad relacionada con los recursos minerales, que no sea la investigación científica, pospone el debate sobre reclamos de soberanía, prohíbe explosiones nucleares o eliminación de desechos radioactivos y establece la solución pacífica de controversias.
Si bien estas medidas son esenciales para la preservación del espacio Antártico, podemos decir que estamos en un momento de incertidumbre ya que, en el Protocolo de Madrid de 1991, en su artículo 25, prevé que, transcurridos 50 años de entrada en vigor, las partes podrán enmendar o modificar tal acuerdo. Hasta 2041, tendremos esa incógnita que afecta al derecho internacional y al interés político. Priorizar las necesidades humanas referidas al consumo de agua, convertir al continente en un patrimonio común de la humanidad, o abordar nuevas disputas territoriales entre los países involucrados son algunas de las cuestiones estratégicas que se plantean.
Brenda Costello
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