La política de ciberdefensa de Chile

La ciberseguridad es un tema que, sin ser nuevo, poco a poco ha ganado mayor importancia. Durante los ’70, el Comandante en Jefe de la Marina Soviética, Sergey Georgiyevich Gorshkov, reconoció la importancia vital que el espectro electromagnético tendría en la decisión de las guerras futuras. Esta idea, sin restringirse únicamente a la guerra, cobra aún mayor importancia si se considera que un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre los ciberataques en el continente reveló un cambio en la tendencia existente: se pasa del “simple” robo de información al sabotaje, o incluso destrucción de sistemas clave. Si a eso se agrega que Chile ya ha sido víctima de ataques desde el ciberespacio, el panorama se vuelve preocupante.

Siendo cada vez mayor la apreciación que se hace de la ciberseguridad, tanto en el nivel político como dentro de las Fuerzas Armadas, es que el pasado 10 de abril se anunció la creación del Comité Interministerial de Ciberseguridad (CIC), del que participan, entre otros, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Defensa.

Dichos actores fueron mencionados explícitamente, debido a la tendencia que muestran, o debieran mostrar, en cuanto a ciberseguridad. El Ministerio del Interior, basándose en el Convenio de Budapest, y el Ministerio de Justicia, tienden a centrarse en los aspectos relacionados con el cibercrimen, obviando que ésta es solo una de las tantas aristas de la ciberseguridad. El Ministerio de Relaciones Exteriores debiera buscar una mayor cooperación internacional en el tema. Entidades como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y su Consejo de Defensa Suramericano (CDS) podrían ser una posible plataforma para ello. El Ministerio de Defensa, que detenta la secretaría ejecutiva del CIC, reside en el Subsecretario de Defensa, vinculando con más fuerza esta instancia con la Defensa, pone sus ojos en el Manual de Tallinn para tratar la ciberseguridad. Cabe destacar que el CIC está liderado por el Subsecretario del Interior, dando un ejemplo claro de la tendencia con la que se entiende el tema en Chile: erróneamente se cree que el cibercrimen cubre la ciberseguridad.

Las fuerzas armadas, por su parte, han dado últimamente un mayor tratamiento al tema; la búsqueda de una doctrina conjunta a este respecto guía en parte su accionar. Hoy en día existe dentro de éstas una mayor investigación en el plano de la ciberseguridad, tanto en el nivel técnico operacional como en el político estratégico. Parece posible un tratamiento al tema que no se base únicamente en la ciberinteligencia, sino que uno verdaderamente amplio y completo, considerándose además la ciberseguridad, la ciberdefensa y la ciberguerra.

Finalmente, se estima necesario que se dé un mayor trabajo transversal entre el nivel político y el de las fuerzas armadas, de manera que se provean mutuamente de los insumos teóricos y operacionales necesarios para, eventualmente, llegar a una política nacional de ciberseguridad que abarque todas las aristas de este fenómeno –ciberseguridad, ciberdefensa, cibercrimen, ciberguerra, ciberinteligencia– dejando así al Estado de Chile en un mejor pie para resistir los distintos embates que recibe desde el ciberespacio.

Sebastián Koch Merino, investigador del Centro de Estudios Estratégicos de la Academia de Guerra del Ejército de Chile (CEEAG)

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