El despertar del Visegrado
El Grupo del Visegrado, formado por Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría, se creó a principios de los 90 como mecanismo de cooperación regional tras la caída del Muro de Berlín y del sistema comunista. En un primer momento, el vacío de poder dejado por el desmantelamiento del Pacto de Varsovia, en materia militar, y del COMECON, en materia económica, no podía ser cubierto por las organizaciones occidentales como la CEE y la OTAN, si bien las intenciones de estos países eran acabar por formar parte de éstas.
En este contexto, los citados países decidieron crear un grupo de cooperación en 1991, todos ellos poseían características muy parecidas a nivel económico, formando parte de las zonas más industrializadas del bloque soviético, sus Fuerzas Armadas ya habían colaborado entre sí en el período comunista y además todos compartían el objetivo de adherirse a las organizaciones occidentales y reformar sus sistemas políticos y económicos.
Este grupo de cooperación regional alcanzó éxitos significativos durante los 90, principalmente con la creación de una unión aduanera y un tratado de libre comercio entre sus miembros, el CEFTA, en 1993. Junto a ésto, el grupo además se esforzó por alcanzar los objetivos que se les marcaban para entrar en la CEE. Mientras, también potenciaba la colaboración militar de cara a alcanzar los estándares exigidos para entrar en la Alianza Atlántica. Sin embargo, con la entrada de estos países en la OTAN y la UE entre 1999 y 2004, el grupo había ido perdiendo importancia junto con su razón de ser.
Hemos de recordar que, a la vez que se daba todo este proceso, estos países fueron creando sus sistemas democráticos y sus economías de mercado, teniendo un gran papel en este caso el poder económico alemán, que encontró un espacio ideal para producir una gran deslocalización industrial, para invertir en las empresas de estos países y como nuevos mercados para sus exportaciones, proceso que ya venía dándose desde los 80.
Sin embargo, dos acontecimientos han traído de nuevo protagonismo al grupo: primero fue la crisis de Ucrania en el 2014 junto a la anexión de Crimea, que asustó profundamente a muchos de los antiguos miembros de la órbita soviética, especialmente a los países bálticos, pero también a Polonia y los demás integrantes del Visegrado. El otro acontecimiento ha sido la reciente crisis de los refugiados, que ha enfrentado a estos países con Alemania por sus diferencias de opinión en cuanto a la forma de hacer frente a la crisis y al reparto de refugiados.
Los países del Visegrado siguen compartiendo muchas características comunes, entre ellas se encuentran un fuerte nacionalismo y en la actualidad unos gobiernos conservadores que se oponen a muchas de las políticas europeas. A pesar de sus estrechisímas relaciones comerciales y económicas con Alemania, se han negado a secundar su política en lo referente a la crisis de los refugiados y a la conducción de la política europea.
En la actual situación política de incertidumbre dentro de la Unión tras el Brexit parece muy probable que en los próximos años veamos un relanzamiento de la cooperación en el grupo. Ya lo estamos viendo, con reuniones cada vez más frecuentes para acordar su posición de cara a las reuniones del Consejo Europeo, como la pasada del 2 de marzo. Además, estos países revitalizan de nuevo su cooperación militar con el objetivo de enfrentar el expansionismo ruso. Los ministros de defensa del grupo se reúnen a menudo y han desarrollado una estrategia de colaboración a largo plazo que incluye maniobras conjuntas regularmente, potenciar la industria de defensa propia y la creación de unidades conjuntas como el Grupo de Batalla Visegrado de la Unión Europea.
¿Hasta qué punto se desarrollará esta vez la iniciativa del Grupo? La respuesta parece ir ligada al desarrollo de los acontecimientos en relación con los movimientos geopolíticos rusos, con la propia situación interna de la Unión Europea y, finalmente, con cualquier otro acontecimiento inesperado que afecte de manera importante a estos países, como ha sido la crisis de los refugiados.
Eliseo Fernández Fernández, Politólogo y analista de Seguridad y Defensa