Hoy en día, el dominio espacial es de crucial importancia, ya que se puede comprometer la seguridad nacional actuando en este ámbito de manera discreta e incluso anónima. España no es ajena a esta realidad, como lo demuestra su participación el pasado septiembre en el ejercicio multinacional Space Situational Awareness (SSA), que se celebró bajo la dirección del Mando Estratégico de los Estados Unidos (USSTRATCOM) en Suffolk (Virginia). Del mismo modo, y desde febrero de este año, fecha en la que ha sido puesto en órbita el satélite Paz, España mejorará su posición en los programas europeos Copérnico y GMES, para la vigilancia mundial del medio ambiente y la seguridad.
El gran desarrollo de los sistemas espaciales, gestionados en buena parte por empresas privadas, entraña nuevos riesgos que deben contemplarse desde el ámbito de la seguridad y la defensa. De hecho el departamento de Defensa de Estados Unidos está realizando una recomendación sobre la posible creación de un nuevo ejército dedicado al espacio. De lo que no cabe duda es que hoy en día se depende de los sistemas espaciales en cualquier despliegue. El establecimiento de las comunicaciones, la selección y seguimiento de objetivos o la previsión meteorológica requieren de este tipo de sistemas.
La Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de 2017 ya señala la débil regulación de este dominio y la difícil atribución de las posibles acciones delictivas. El ámbito espacial es esencialmente dual, ya que cada vez es más difícil distinguir los sistemas civiles de los militares, como lo demuestran los sistemas GPS: su posible interrupción fortuita o intencionada tendría consecuencias duales.
Hoy en día las constelaciones de satélites son la base de la aviación moderna, la navegación marítima o el transporte terrestre, pero al mismo tiempo los servicios vinculados al espacio aumentan la capacidad de los ejércitos actuales. Por estos motivos son muy importantes los avances de España en esta materia. Desde que se firmó el acuerdo de colaboración con la NASA en los años 60, hubo que esperar hasta 1997, fecha en la que se lanzó el MINISAT 01. Pero seguramente la necesidad de imágenes satelitales evidenciada durante la Crisis de Perejil del año 2002, animó a los gobiernos españoles a impulsar el desarrollo de las capacidades espaciales.
El sector hoy en día está dominado por Estados Unidos que posee una potente industria pública y también privada con compañías como SpaceX, Virgin Galactic o Blue Origin. La Unión Europea también es un actor importante que tiene previsto invertir 12.000 millones de euros para desarrollar proyectos espaciales de calidad en el periodo 2014-2020. En este contexto, España gracias a la puesta en marcha Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOTS) y al lanzamiento del satélite Paz ha permitido el desarrollo de la industria espacial española que la harán más competitiva.
Javier de Carlos, analista de Relaciones Internacionales, Seguridad y Defensa
Foto: USSTRATCOM / DSN
Más información en “El dominio espacial y el satélite Paz” (descargar)
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