Eurodefense España acaba de realizar las Primeras Jornadas de Seguridad y Defensa, orientadas a jóvenes con intereses en las áreas de las seguridad, defensa, relaciones internacionales, estrategia, geopolítica, fuerzas armadas, y la perspectiva de la industria de defensa española. En la Academia de Artillería de Segovia se reunieron cien jóvenes, quienes tuvieron la oportunidad de formarse con expertos del ámbito militar y de la empresa privada.
Las ponencias y los grupos de trabajo se centraron en explicar cuál es el papel de España en el mundo, y cuál es la importancia que tienen las fuerzas armadas y la imperiosa necesidad que hay de formar una cultura de defensa europea. Las ponencias fueron sobre terrorismo, operaciones, industria, I+D+I, energía y ciberguerra. Como podremos suponer, y debido al cambio de rumbo de la sociedad española, las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad están cobrando cada vez más importancia, ya que nos enfrentamos cada día a un mundo más peligroso y vulnerable. Es por esto, que hay una corriente que está haciendo un gran esfuerzo por promover lo que denominamos “cultura de Defensa”.
Los ejércitos no solo están para defender al país. Son un elemento importantísimo de la proyección de la política exterior de una nación. Su operatividad es la que determina entre otros factores la experiencia y capacidad que tienen las naciones de proteger a su población, aliados, y en definitiva nuestro modelo de vida, que es la seguridad, libertad y democracias de las que disfrutamos, entre altos avances tecnológicos y bien abastecidos de energía. Mantener nuestro modelo de vida es costoso, y más costoso es exportar esa idea.
Hemos de ser conscientes, y más los europeos, que llevamos en guerra y/o conflicto desde que nacen los estados, o el concepto de estado mencionado por Maquiavello. Tras 500 años de conflictos y dos guerras mundiales ha quedado evidenciado que la guerra no es un instrumento que sea productivo para que una nación llegue a acuerdos o continuar avanzando en a nivel social. Pero sí lo es la preparación para la guerra.
Afortunadamente dejamos atrás aquella retórica de obtener el poder mundial a base de un enfrentamiento militar. Sobre todo, desde que existen las cabezas nucleares. Ahora mismo un conflicto que contenga a una gran potencia mundial con capacidad nuclear es absurdo. No obstante, la capacidad de intimidación si es válida en el juego actual. ¿Y qué se entra a valorar ahí? El desarrollo de cada nación, pues en mi opinión, esto es lo que hace a una nación poderosa actualmente y la convierte en potencia regional, ya que el modelo hegemónico de gran imperio lo albergará Estados Unidos. En concreto, el concepto de desarrollo incluye independencia tecnológica, independencia de recursos y un férreo control del ciberespacio.
En estas jornadas hemos dado un enfoque a lo que son las nuevas guerras electrónicas, intentando dar forma al ciberespacio, donde ahora se libran las guerras. Sin olvidar que tenemos conflictos donde se requiere el uso de las viejas tácticas militares, que conllevan el despliegue de tropas, comunicaciones y armamento pesado. Lamentablemente para nuestras fuerzas armadas, este último tipo de conflicto aún sigue siendo el principal problema. La expansión del Estado Islámico por Siria, Iraq, Libia y Malí hace que tengamos que hacernos cada día más a la idea de que, tarde o temprano, habremos de intervenir con tropas y causar una derrota al autodenominado Estado Islámico.
Sin olvidar esta vez que antes de abandonar el control de las regiones, habremos de procurar que se recuperen, habremos de dotar a estos países de las estructuras de Estado y estructuras tangibles de desarrollo, como pudieran ser escuelas, hospitales viviendas, etc. Elementos que garanticen una correcta implementación de un modelo democrático y moderno de vida. Para erradicar los radicalismos hemos de cultivar las mentes de los más pequeños y enseñarles a cuidar la libertad.
David Marinas, analista de seguridad, defensa y relaciones internacionales