China y Covid-19: liderazgo mundial en entredicho

Análisis 251

Bien es verdad que al acercarse a la realidad de una epidemia, siempre se corre el riesgo de quedarnos atrás, ya que la actualidad avanza y se despliega de manera vertiginosa haciendo en muchos casos estéril cualquier acercamiento real al mismo.

En estos días, el escenario ha cambiado. Se ha producido una transformación dentro de una visión contemplativa del caso chino y con el resto del mundo, donde el Covid-19 se expande en algunos casos de manera descontrolada: Italia, España, Corea del Norte y del Sur, Japón, Ecuador, EEUU o Irán.

Este episodio epidémico tiene su centro en China, país que vive momentos de cierta zozobra – guerra comercial con Estados Unidos, los conflictos en la periferia de Hong Kong, Taiwán, la peste porcina entre otras cuestión- y que está haciendo frente al mismo con todos los recursos de los que dispone en estos momentos y en coordinación con las instituciones internacionales responsables del ámbito sanitario. Los datos oficiales son 83.039 infectados, 3.340 fallecidos y 77.367 recuperados.

China ha demostrado un extraordinario desarrollo económico, con la “recuperación” de millones de personas de la extrema pobreza, siendo un claro defensor de la globalización en la que resulta salir muy beneficiada y  con una proyección estratégica que comienza a ser inherente al potencial como país en el área y en el mundo. Ante ello, cabe plantearse, como bien podría venir a suceder en otras circunstancias y con otros actores diferentes, si China sabe gestionar hasta el momento una crisis doméstica que se ha convertido en global.

A finales de 2019 y comienzos del 2020, los casos conocidos del Covid-19 eran escasos, sin embargo a partir del 20 de enero, las cifras crecen exponencialmente, y es cuando se puede observar que la inacción de los poderes locales y ocultamiento de información, así como el retraso en la actuación del poder central chino son realidades que ayudan a generar una respuesta ineficaz e insegura, algo que hemos visto en otros países afectados por la pandemia.

Como bien indica Mario Esteban, investigador principal del Instituto Real Elcano de Madrid “En los primeros meses de la crisis no se hacían test, toda la gente que murió en estos primeros momentos no está contabilizada oficialmente”. Muchas son las voces que se han mostrado críticas con la gestión llevada hasta ahora. Un ejemplo es el profesor Xu Xhangrun quien denunciaba la falta de ética así como el uso que el régimen chino podía aprovechar de esta nueva realidad en una especie de retroceso de todo lo ganado en las últimas tres décadas de desarrollo del país.

Sin embargo, ¿qué puede representar esta realidad de pandemia para un país que trata de generar una imagen de solidez y liderazgo global? En el documento National Security Strategy of the United States de 1993, se afirmaba “Ninguna otra nación tiene la misma capacidad de credibilidad moral, cultural, política, económica y militar. Ninguna otra ha alcanzado semejante confianza respeto y fidelidad. Ninguna otra tiene el mismo potencial y responsabilidad para ejercer el liderazgo mundial”. Aunque puede resultar clásica esta definición, sí que es acertada para aquellos que aspiran a encabezar la globalización y que si bien en algunos pilares de dicho liderazgo están a la vanguardia del mismo, en otros aspectos como es la gestión de este tipo de crisis el nivel de confianza, credibilidad y transparencia, permanecen arrinconados. El liderazgo no solo tiene que ser comercial, militar, económico – un país que aporta más del 15% de su PIB a la economía mundial- y cultural en circunstancias normales, sino también cuando se producen situaciones de crisis de este tipo y todos entendemos que tiene un carácter excepcional.

Por ello surgen algunas cuestiones que pueden acercarnos a comprender la gestión del dominio chino en esta crisis pandémica: cómo este liderazgo emergente reacciona a un presente inequívocamente especial. Será interesante analizar cómo el gobierno chino y sus aparato político-administrativo está gestionando esta crisis con todos los datos reales de la misma que hoy podamos disponer del país; qué relato se nos ofrece por parte de las autoridades chinas frente a la realidad del impacto del Covid-19; qué capacidad productiva y logística va a desplegar ante la demanda de productos sanitarios a nivel global; qué acciones va a desarrollar en aquellos foros e instituciones internacionales donde su presencia es determinante; y desde luego, no podrá evitarse llevar a cabo una comparación entre el modelo de gestión chino respecto al norteamericano, ya que será inevitable reflexionar cómo estos dos liderazgos globales han administrado el embate del Covid-19 y las consecuencias geopolíticas que ello puede conllevar.

Fernando Martín Cubel

Las opiniones de este análisis son de exclusiva responsabilidad del autor.

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