Análisis Nº 213
Dentro de poco verá la luz la nueva estructura que permitirá el mantenimiento de capacidades militares bajo la denominación de Mando Permanente de Vigilancia Terrestre (MPVT), siguiendo el modelo organizativo de los homólogos Mandos de Vigilancia y Seguridad Marítima (MVSM) y Mando de Defensa y Operaciones Aéreas MDOA). Esta nueva organización terrestre nace evocando el concepto estratégico surgido a finales de los 80, el eje Baleares-Estrecho-Canarias y no hace más que afianzar y consolidar la posición estratégica de nuestro país en el ámbito de la seguridad europea y la defensa y proyección de su territorio soberano incluyendo los archipiélagos Balear y Canario, Peñones de Alhucemas y Vélez, ciudades africanas de Ceuta y Melilla, Isla Perejil e Islas Chafarinas además de la Isla de Alborán. En definitiva, lo que este nuevo Mando pretende es garantizar aún más la seguridad de nuestros intereses a través de una mayor vigilancia y control del territorio nacional extrapeninsular, fundamentalmente en aquellos espacios más vulnerables del flanco sur.
Escenario estratégico en los 80: Eje Baleares – Estrecho – Canarias
El concepto de eje estratégico Baleares-Estrecho de Gibraltar-Canarias es un ejemplo de los vaivenes estratégicos causados por cambios de equipos ministeriales y por la pugna de cara a los presupuestos entre los Ejércitos. En 1980 el concepto fue considerado el centro de gravedad del planeamiento estratégico español. En octubre de 1985 se aprobó el Plan Estratégico Conjunto, introduciéndose respecto a la definición del Eje una novedad: de los tres elementos que lo componen, el Estrecho es sustituido por la Península, por lo que queda definido como Baleares-Península-Canarias. En 1992 deja de existir el eje estratégico y el territorio peninsular le sustituye como elemento fundamental, imponiéndose una visión puramente terrestre sobre la anterior, considerada eminentemente aeronaval.
La nueva Directiva de Defensa Nacional 01/92, primera que se difundió sin restricciones, no incluía ni una sola referencia al Estrecho, ni mucho menos al Eje Estratégico. Es por todo ello que desaparecen de las Directivas posteriores y de los Planes Conjuntos de Operaciones las referencias hacia el Norte de África y la zona del Estrecho, a pesar que al producirse la 2ª Guerra del Golfo (ocupación de Kuwait por parte de Irak y subsiguiente Operación Tormenta del Desierto), el Estrecho de Gibraltar aparecía como una zona estratégica de primer orden, a través de la cual se mantenía la cadena logística y abastecimiento a las tropas de los EEUU, con el inestimable apoyo de España.
En 1996, con el cambio de Gobierno, vuelve a adquirir relevancia estratégica, apareciendo destacado en las declaraciones de los responsables políticos y citado expresamente en el Libro Blanco de la Defensa 2000 y en la Revisión Estratégica de 2003: El centro de gravedad de nuestra estrategia se centra en la zona del estrecho de Gibraltar con sus accesos prolongados hasta las islas Baleares y las Canarias. Pero en la DDN 01/96 siguen sin aparecer citado ni el Estrecho ni sus zonas de influencia. El establecimiento de la base naval marroquí en Alcazarseguer, a sólo 20 km. de Ceuta y a plena capacidad operativa, resalta con toda su crudeza la importancia estratégica de la zona. Y así de nuevo se diluye el concepto del “eje” como elemento de importancia estratégica hasta hace relativamente pocos años, durante los que las Comandancias Militares de Ceuta, Melilla y Baleares y el Mando de Canarias, han soportado el peso operativo de la presencia militar en esos territorios.
Conclusión
Tras varias interpretaciones a lo largo de los últimos 25 años, las recientes revisiones estratégicas de nuestra defensa han vuelto a identificar la importancia del flanco sur peninsular dentro del contexto nacional e internacional de nuestro país. Se considera fundamental que el eje estratégico Canarias-Gibraltar-Baleares se mantenga, reformule y consolide como exigencia estratégica de primer orden para España, por las siguientes razones:
- Control de forma efectiva los accesos y del paso del Estrecho, favorecido por las actuales capacidades de reacción de la tierra sobre la mar.
- Asegurar el abastecimiento de los gasoductos magrebíes, que entran por Tarifa y Almería.
- Constituir una barrera eficaz contra la inmigración incontrolada.
- Constituir una barrera eficaz contra la expansión del imperialismo califal.
- Contribuir a erradicar el tráfico ilegal de droga proveniente del Norte de África.
- Velar por las riquezas submarinas de la zona, tanto de recursos pesqueros, energéticos y del patrimonio que encierran los pecios hundidos durante siglos.
- Contribuir a la recuperación de la soberanía sobre el Peñón de Gibraltar como interés de primer orden.
Y fruto del papel de ese no tan nuevo escenario es el establecimiento del Mando de Presencia y Vigilancia Terrestre que requiere un mando militar único y exclusivo, al menos del nivel operacional y que tendrá plena capacidad operativa durante el presente año 2019.
Ismael Fernández de la Carrera
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