El 19 de enero se publicó un sumario ejecutivo de la Estrategia Nacional de Defensa (NDS) de los Estados Unidos, la versión clasificada fue elevada al Congreso. La NDS define como primer problema estratégico al que se enfrentan los Estados Unidos una «competición a largo plazo de Grandes Potencias». Siguiendo a lo establecido en la Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) se centra en las “potencias revisionistas”, China y Rusia, y los rogue states: Corea del Norte e Irán.
La NDS establece tres líneas primarias de esfuerzo para restaurar la ventaja convencional comparativa de los Estados Unidos. La primera es aumentar la capacidad de letalidad mediante la inversión en nuevas capacidades de alta potencia. A continuación llama a reforzar la colaboración con aliados y partners; y el tercer objetivo es reformar los procesos de gestión del Pentágono.
La NDS admite que la ventaja militar convencional estadounidense ha sido erosionada en varios aspectos, afectando a la capacidad de disuasión convencional, y este es uno de los aspectos en que se centra la NDS. Las prioridades de inversión para conseguir ventaja se fijan para tecnologías como: energía nuclear, espacio y ciberespacio, inteligencia artificial (AI), sistemas autónomos de armas (AWS), y una logística ágil y resiliente. Por otra parte, se dará prioridad a un alto alistamiento para combates de alta intensidad y mejora de la letalidad.
Esta estrategia está diseñada para la potencia que mantiene la hegemonía en el mundo y sus dos primeros objetivos pueden tratarse con los aliados, como la potenciación de la OTAN, pero el tercero es de aplicación a la Defensa española.
Para implementar la innovación, el Pentágono va a ser liberado de prácticas obsoletas de gestión y adquisición, a la vez que se adoptan las más eficaces de la industria. El sumario expone que “la dirección del Departamento se compromete a cambios de autoridades, concesión de exenciones y garantizar apoyo externo para simplificar procesos y organizaciones”, continua: “un enfoque rápido e iterativo en el desarrollo de capacidades, reducirá costes, tecnología obsoleta y riesgos de adquisición”.
Al contrario de como se hace en la actualidad, deben diseñarse prototipos y experimentarlos antes de definir los requisitos operativos. También las plataformas electrónicas y los softwares deben diseñarse para sustituirlos, si así procede. El documento describe acciones adicionales que planea el Pentágono para reformar el proceso de adquisición y promocionar una próspera base industrial. Se acomodarán los incentivos y la relación entre estructuras será modificada para acelerar los resultados, permitir ajustes de diseño en el proceso de adquisición y emplear proveedores no tradicionales.
El sumario también enfatiza las referencias a la industria: “la ventaja tecnológica del Departamento depende de una Base de Innovación de la Seguridad Nacional (NSIB) que incluya tanto colaboradores tradicionales como no tradicionales”. En otro apartado indica que: “El Departamento, con apoyo del Congreso, informará a la Industria de Defensa la previsión de inversiones a largo plazo en sectores críticos, infraestructura y I+D+i”.
El sumario pone de manifiesto que la colaboración con el sector comercial será crítica: “La nueva tecnología comercial cambiará la sociedad y, últimamente, el carácter de la guerra”, continúa el documento: “Mantener la ventaja tecnológica del Departamento requerirá cambios en la cultura de la industria, fuentes de inversión y protección mediante la NSIB. Se efectuarán esfuerzos para facilitar los procesos para la entrada de nuevos y pequeños emprendedores que aporten las últimas tecnologías. Adicionalmente se reducirán propiedades e infraestructuras adicionales y se propondrá al Congreso un nuevo despliegue de bases y el cierre de otras«.
Como queda expuesto en la NDS la innovación tecnológica es necesaria, como lo es el instrumento burocrático y organizativo que la haga posible. Es una lección que en España debe adoptarse, planificarse y ponerse en marcha sin retraso; la Revolución Tecnológica se caracteriza por su rapidez y hay que subirse al pescante. Largar lastre y asumir nueva orgánica, procesos y procedimientos son tareas que permiten concebir y poner en marcha la estrategia.
Enrique Fojón, Doctor en Relaciones Internacionales
Descargar «National Defense Strategy» (pdf): NSD
Imagen: AFP/Getty Images