Irán y Emiratos: análisis del nuevo escenario regional

Análisis 264

Cuando analizamos las relaciones entre Irán y Emiratos Árabes Unidos (EAU), “cooperación” no parece ser un adjetivo adecuado. Más bien, surgen conceptos como “pugna por el liderazgo” en Oriente Medio, “enfrentamiento sectario” o ataques a través de “proxis”. La videoconferencia del 2 de agosto entre Javad Zarif, ministro de Asuntos Exteriores de Irán, y Abdullah bin Zayed, su homólogo emiratí, en la que trataron temas de cooperación bilateral, regional y global, merece ser tenida en cuenta. La motivación de este rapprochement es el resultado de una diplomacia pragmática y conviene comprender que esta no ha sido una acción aislada.

Señalamos los hechos más destacados. En julio de 2019, EAU mandó señales de conciliación a Irán retirando gran parte de sus tropas del teatro yemení. También hubo reuniones a nivel de guardacostas, para coordinarse mejor en materia de derechos de pesca, transporte por el estrecho de Ormuz, cruces ilegales y seguridad de sus fronteras. En octubre, hubo declaraciones y rumores sin confirmar sobre el levantamiento de las restricciones por parte de EAU a fondos iraníes valorados en $700 millones. También, las declaraciones amistosas hacia EAU por parte de Rouhani y otros altos cargos iraníes. La detención y deportación a Irán de un periodista de la oposición iraní en Dubái puede ser comprendida desde esa perspectiva. Otro episodio de esta estrategia diplomática por parte de EAU tuvo lugar en el contexto del COVID-19, con el reparto de 60 toneladas de material sanitario a Irán. Además, esa ayuda fue acompañada con frecuentes conversaciones telefónicas entre las cúpulas de ambos países.

El análisis de este acercamiento requiere que abandonemos la óptica del enfrentamiento suní-chií, y manifiesta un nuevo escenario regional motivado por las siguientes razones:

  1. EAU está enfrascado en un enfrentamiento con Turquía y Qatar en los conflictos de Libia, Somalia y Siria, de forma directa o mediante formato “proxy”. Abu Dabi entiende que luchar en dos frentes supone multiplicar los riesgos, y por eso busca la conciliación con Irán. Aunque Turquía y Qatar son mayoritariamente suníes, al igual que EAU, las enemistados no responden a un único factor religioso o cultural.
  2. A pesar de que las relaciones entre EAU y Estados Unidos son magníficas ante las cámaras, lo cierto es que en Abu Dabi existe una profunda aprensión hacia Washington por su intención de retirar tropas de Oriente Medio, además de las operaciones llevadas a cabo sin consultar a sus aliados, como fue el caso del asesinato de Soleimani en Irak. Los ataques iraníes contra petroleros en el Golfo Pérsico han quedado sin respuesta, lo que manifiesta que se están difuminando las líneas rojas de la doctrina Carter en la región. Los aliados de EEUU comprenden que ellos serán los responsables de su defensa.
  3. Los intereses de EAU e Irán se solapan parcialmente. En Libia, ambos están interesados en apoyar al general Khalifa Haftar en su lucha contra el GAN y Turquía; en Siria, las milicias financiadas por Irán continúan enfrentándose a las turcas. Teherán y Abu Dabi confían en que Asad expulsé a Turquía de la provincia de Idlib para poder participar en la reconstrucción del país. Aunque la situación puede parecer contradictoria, podremos encontrar cierto nivel de cooperación.

Estos acontecimientos tendrán un impacto en la configuración de las alianzas regionales. Por esa razón, queda por ver ahora la reacción de Arabia Saudí, el principal aliado de EAU y némesis de Irán. Señalamos tres cuestiones que ayudarán a valorar posibles escenarios: primero, si seremos testigos en el corto plazo de una nueva etapa en las relaciones entre Riad y Teherán; segundo, si el rapprochement puesto en marcha empeorará las relaciones entre Riad y Abu Dabi; y tercero, cuál será el efecto de este alineamiento de intereses en los conflictos de Siria y Libia.

Las alianzas regionales afectan también a los intereses estratégicos de España, especialmente desde el punto de vista comercial, de abastecimiento energético y de tráfico marítimo, además de los efectos de posibles conflictos armados de nuestra frontera avanzada del Mediterráneo y norte de África.

Albert Vidal

Las opiniones de este análisis son de exclusiva responsabilidad del autor

Foto: Iranian Ministry of Foreign Affairs / AFP

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