Análisis 285
8 Marzo 2023
Un año y no nos cansamos de repetirlo, vuelven a salir a la calle gritos y gritos hablando de la mujer y nosotros levantamos nuestra voz en pro de la mujer y la Defensa, en este Día Internacional de la Mujer trabajadora.
Esas que empuñan un arma, se calzan unas botas, se meten en un submarino, pilotan un caza o forman parte de un equipo de inteligencia en el CNI. Esas que no se sienten más ni menos que sus compañeros hombres, con los cuales hacen día a día y codo con codo su trabajo.
Esas que se baten el cobre en la arena de Mali, en las aguas de Somalia o en los cielos de Letonia. Las que desarrollan su labor en sedes diplomáticas y organizaciones internacionales (Diplomacia de Defensa). Esas mujeres militares que engrandecen a nuestras Fuerzas Armadas tanto como sus compañeros, sin necesidad de alardes ni falsificaciones: ellas son así de capaces, porque han sido formadas para tu defensa y tu seguridad.
Esas, son también madres y esposas 24/7 con y sin uniforme; lo son mientras están de misión y cuando llegan a casa. Y también lo son (ellas y ellos) cuando se ausentan de su puesto de trabajo por llevar a su hijo al médico o solicitan días de permiso para cuidar de un familiar enfermo. Y es esta característica humana del militar donde queremos detenernos y exhortar a nuestros políticos y mandos militares a velar por la seguridad íntegra del militar, que inevitablemente implica y rodea a su familia.
Precisamente, la digitalización del mundo actual permite y aconseja el teletrabajo en ciertos puestos, como modelo eficaz y eficiente también dentro de las FAS y FCSE, lo cual supondría un enorme avance favorable a la conciliación laboral-familiar y del cuidado de los hombres y mujeres que hacen muchos esfuerzos por la seguridad de todos sin rechistar.
Recordemos que el militar y sus abnegadas y calladas familias, continúan ancladas en un modelo de Ejército del S.XX, donde la movilidad geográfica y laboral sigue siendo habitual como hace 40 años, sin los cuidados y ventajas que recibían entonces. Recordemos, que ya no existen las casas militares, que no hay apenas colegios militares ni plazas escolares reservadas para los hijos de los militares que se mudan a mitad de curso, que las lenguas cooficiales impiden el traslado de la familia del militar a las Comunidades Autónomas con esta problemática y, que con la integración de la mujer en el mundo laboral, son muchas las esposas/parejas de militares que no están dispuestas a renunciar a su lícito desarrollo profesional por seguir al militar, de forma que las familias quedan separadas. Éstas, también son mayoritariamente mujeres y forman alrededor del 80% de las mujeres de las FAS.
La digitalización permite en muchos puestos laborales de Defensa el teletrabajo seguro y ayudaría enormemente a subsanar la terrible e injusta situación en la que se encuentra este colectivo social, que sólo aparece en la foto cuando hay que recibir el féretro. Y en absoluto silencio.
Las mujeres que trabajan en Política de Defensa deben tener claro esto. Ministra, Diputadas, Eurodiputadas, Senadoras y responsables autonómicas. Las mujeres de las FAS (las que visten uniforme y las que lo llevan por dentro) son un amplio colectivo que exige de todas sus representantes que la ideología de género y el feminismo político radical no difuminen el ideal de la patria, de las virtudes y valores que conforman a las mujeres de las FAS, sino que trabajen y velen por lo que les preocupa: la defensa de España y el bienestar de sus familias.
Verónica Domínguez
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